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lunes, 17 de enero de 2011

El Evangelio de Bernabé: testigo y víctima.


Alabado sea Allah Todopoderoso por la bendición del Islam, la mayor bendición que alguien puede tener.

Realmente nos sentimos orgullosos de ser musulmanes y seguidores del Profeta Muhammad (la paz sea con él), el más honorable ser humano que jamás se haya creado y miembro de la más caritativa nación traída a la humanidad. Todos los profetas y mensajeros trajeron buenas noticias sobre esta nación y este Profeta (la paz sea con él), y ordenaron a su pueblo a seguir y a apoyar a este Profeta si vivieran en su época. Por lo tanto, no es extraño encontrar entre los textos de la Biblia referencias a este tema, a pesar de los esfuerzos de distorsión.

El oro brilla a pesar de todo el polvo que puede caer sobre él; y Allah Todopoderoso pone de manifiesto la verdad a fin de tener pruebas.

¿Quién fue Bernabé?

Bernabé fue uno de los discípulos del profeta Jesús (la paz sea con él) y el escritor del Evangelio que incluye la correcta narración de muchos acontecimientos de esa época. Sin embargo, en el año 492 d.C., el Papa Gelasio prohibió su circulación porque se oponía al concepto de divinidad otorgado al profeta Jesús (la paz sea con él). El Monje latino Fra Marino obtuvo el Evangelio de la biblioteca privada del Papa, lo leyó y luego se convirtió al Islam; al igual que el Dr. Khalil, estudioso del cristianismo, como se menciona en el prefacio de su traducción de este Evangelio.

La descripción de Bernabé en los Evangelios revela a un hombre honesto y veraz, y uno de los discípulos más devotos, como es mencionado en el Libro de los Hechos de los Apóstoles:

“Al enterarse de esto, la Iglesia de Jerusalén envió a Bernabé a Antioquía. Cuando llegó y vio la gracia que Dios les había concedido, él se alegró mucho y exhortaba a todos a permanecer fieles al Señor con corazón firme. Bernabé era un hombre bondadoso, lleno del espíritu Santo y de mucha fe. Y una gran multitud adhirió al Señor.” Hechos 11: 22 – 26.

La pregunta es: ¿por qué muchas personas se unieron a él, y abogaron por su llamada? Esto se debe a que su fe era la del Profeta Muhammad (la paz sea con él), la fe que es clara y sencilla, la fe que no incluye los misterios irresueltos de la trinidad, ni los conceptos cristianos que necesitan años para ser entendidos, si es que pueden serlo.

El Evangelio de Bernabé.

Las siguientes son algunas citas de este Evangelio omitido.

Los versos 1 al 15 del capítulo noventa y seis del Evangelio de Bernabé dicen lo siguiente:

“Una vez terminada la oración, el Sacerdote dijo en voz alta: ‘Quédate, Jesús, ya que necesitamos saber quién eres para tranquilizar a nuestra nación’.

Jesús respondió: ‘Yo soy Jesús, hijo de María, de la estirpe de David, un hombre que es mortal y teme a Dios, y lo que pretendo es que a Dios le sean dados honor y gloria’.

El Sacerdote contestó: ‘En el libro de Moisés está escrito que nuestro Dios debe enviarnos al Mesías, quien vendrá para anunciarnos lo que Dios desea, y traerá al mundo la misericordia de Dios. Por lo tanto, te ruego que nos digas la verdad, ¿eres tú el Mesías de Dios a quien esperamos?’

Jesús respondió: ‘Es cierto que Dios así lo ha prometido, pero en verdad os lo digo, yo no soy él, ya que él fue hecho antes que yo, y vendrá después de mi.’

El Sacerdote contestó: ‘Por tus palabras y señales creemos con certeza que tú eres un profeta y un santo de Dios, así que te pido en el nombre de toda Judea e Israel, que por amor de Dios nos digas de que manera vendrá el Mesías.’

Jesús respondió: ‘Como que Dios vive y ante Cuya Presencia comparece mi alma, yo no soy el Mesías a quien todas las tribus de la Tierra esperan, tal como Dios prometió a nuestro padre Abraham, diciendo: En tu descendencia Yo bendeciré a todas las tribus de la Tierra. Pero cuando Dios me lleve del mundo, Satanás hará surgir de nuevo esta maldita sedición, haciendo que los impíos crean que yo soy Dios o hijo de Dios, con lo cual mis palabras y mi doctrina serán contaminadas; tanto, que escasamente quedarán allí 30 fieles; y entonces Dios tendrá piedad del mundo, y enviará a Su Mensajero para quien Él hizo todas las cosas; quien vendrá desde el Sur con poder, y destruirá a los ídolos junto con los idólatras; quien le quitará a Satanás el dominio que tiene sobre los hombres. Él traerá consigo la Misericordia de Dios para salvación de quienes crean en él, y bendito sea quien crea en sus palabras.”

En cuanto a la buena noticia de la venida del próximo profeta, se menciona al Profeta Muhammad (la paz sea con él) con su descripción. En el capítulo noventa y siete leemos los versos 4 al 10 como siguen:

“Entonces dijo Jesús: ‘Con vuestras palabras no me consuelo, ya que donde esperáis luz vendrán tinieblas; sino que mi consuelo está en el advenimiento del Mensajero, el cual destruirá toda falsa opinión acerca de mí, y su fe se extenderá y se apoderará del mundo entero, ya que así lo prometió Dios a Abraham nuestro padre. Y lo que me consuela es que su fe no tendrá fin, sino que será mantenida inviolada por Dios.’

El Sacerdote contestó: ‘Después de la llegada del Mensajero de Dios, ¿vendrán otros profetas?’

Jesús respondió: ‘Después de él ya no vendrán verdaderos profetas enviados por Dios, sino que surgirá un gran número de falsos profetas; lo cual me aflige, ya que Satanás los hará aparecer por el juicio justo de Dios, y ellos se escudarán bajo el pretexto de mi Evangelio’.”

Más aún, el nombre del Profeta Muhammad (la paz sea con él) es mencionado en los versos 13 al 18 del mismo capítulo:

“Entonces dijo el Sacerdote: ‘¿Cómo será llamado el Mesías, y que señal revelará su advenimiento?’

Jesús respondió: ‘El nombre del Mesías es admirable, ya que Dios mismo le dio el nombre cuando Él creó su alma y la colocó en un esplendor celestial. Dios dijo: Espera Muhammad; ya que por amor a ti Yo crearé el Paraíso, el mundo, y una gran multitud de criaturas, lo cual te doy como regalo, tanto que quien te bendiga será bendito, y quien te maldiga será maldito. Cuando Yo te envíe al mundo Yo te enviaré como Mi Mensajero de salvación, y tu palabra será veraz, tanto que el cielo y la tierra fallarán, pero tu fe jamás fallará. Muhammad es su bendito nombre’.

Entonces la multitud levantó la voz diciendo: ‘¡Oh Dios!, envíanos a Tu Mensajero. ¡Oh Muhammad, ven pronto para la salvación del mundo!’”

Por último, sólo tenemos que leer las palabras de Allah Todopoderoso en el Noble Corán:

“Di: ‘¡Gente de la Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no serviremos sino a Allah, no Le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como señor fuera de Allah’. Y, si vuelven la espalda, decid: ‘¡Sed testigos de nuestra sumisión!’” Sura Al Imran (de la familia de Imran): 64.

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