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sábado, 17 de diciembre de 2011

Al-Baladhuri: La Batalla de al- Yarmuk (636) y lo que siguió.




Ante la expansión musulmana, el emperador bizantino Heraclio reunió un gran ejército que se encontró con ejército musulmán en la Batalla de Yarmuk en Siria el 20 de agosto del 636. Fue una victoria aplastante que entregó Siria a los musulmanes. El relato de al-Baladhuri (892) muestra el carácter episódico y personal de la antigua historiografía islámica pero también enfatiza la hostilidad de Siria hacia Bizancio y la bienvenida que los habitantes de la primera provincia otorgaron a sus invasores.

Una descripción de la batalla. Heraclio reunió grandes batallones de griegos, sirios, mesopotámicos y armenios que sumaban aproximadamente 200.000. A este ejército lo puso bajo las órdenes de uno de sus hombres selectos y envió como vanguardia a Jabalah ibn-al-Aiham al-Ghassani a la cabeza de los árabes «naturalizados» [musta'ribah] de Siria, de las tribus de Lakhm, Judham y otras, resolviéndose a luchar contra los musulmanes para ganar o retirarse a la tierra de los griegos y vivir en Constantinopla. Los musulmanes se reunieron y el ejército griego marchó contra ellos. La batalla que libraron en al-Yarmuk , fue del tipo de las más feroces y sangrientas.
Al-Yarmuk [Hieromax] es un río. En esta batalla participaron 24.000 musulmanes. Los griegos y sus seguidores en esta batalla se encadenaron unos a otros para que nadie pusiera su esperanza en la fuga. Con la ayuda de Alá, unos 70,000 de ellos fueron muertos, y el resto escapó, llegando hasta Palestina, Antioquía, Alepo, Mesopotamia y Armenia. En la batalla de al-Yarmuk, tomaron parte ciertas mujeres musulmanas que lucharon violentamente. Entre ellas estaba Hind, hija de ' Utbah y madre de Mu'awivah ibn-abi-Sufyan, quién repetidamente exclamó «¡Corten los brazos de éstos “incircuncisos” con sus espadas!» Su esposo abu-Sufvan había venido a Siria como voluntario deseando ver a sus hijos, y así trajo a su esposa con él. Volvió entonces a al-Madinah donde murió, en el año 31, a la edad de 88 años.
Otros dicen que murió en Siria. Cuando llevaron la noticia de su muerte a su hija, umm-Habibah, ella esperó hasta el tercer día en el que pidió algo de pintura amarilla y cubrió con ella su cara y brazos, diciendo «Yo no habría hecho esto, si no hubiera escuchado al Profeta decir, “Una mujer no debe estar lamentándose por más de tres días por nadie, excepto su marido”». Se sabe que ella hizo lo mismo cuando recibió la noticia de la muerte de su hermano Yazid. Pero Alá sabe más.
Aquéllos que perdieron un ojo o sufrieron el martirio. Abu-Sufvan ibn-Harb era tuerto. Había perdido su ojo en la batalla de at-Ta'if. En la batalla de al-Yarmuk, sin embargo, al-Ash'ath ibn-Kais, Hashim ibn-' Utbah ibn-abi-WakkAs azZuhri (es decir, al-Mirkal) y Kais ibn-Makshuh, cada uno perdió un ojo. En esta batalla ' Amir ibn-abi-Wakkas az-Zu'hri cayó como un mártir. Es este ' Amir que una vez llevó la carta de Umar ibn-al-Khattab designando a abu-' Ubaidah al gobierno de Siria. Otros dicen que fue víctima de la plaga; otros reportan aún que sufrió el martirio en la batalla de Ajnadin; pero todo eso no es verdad.
Habib ibn-Maslamah persigue a los fugitivos. Abu-'Ubaidah puso a Habib ibn Maslamah-l-Fihri a la cabeza de un destacamento de caballería encargada de perseguir al enemigo fugitivo, y Habib partió matando a cada hombre al que pudo alcanzar.
La historia de Jabalali. Jabalah ibn-al-Aibam estaba del lado de con el decir de Ansar, «Vosotros sois nuestros hermanos y los hijos de nuestros padres» y profesó el islamismo. Después de la llegada de 'Umar ibn-al-Khattab a Siria, en el año 17, Jabalah tuvo una disputa con uno de los Muzainah y le sacó su ojo a golpes. 'Umar ordenó que fuera castigado, a lo cual Jabalah dijo, «¿Es su ojo como el mío? Nunca, por Alá, deba yo morar en un pueblo dónde estoy bajo autoridad». Apostató entonces y fue a la tierra de los griegos. Este Jabalah era el rey de Ghassan y el sucesor de al-Harith el ibn-abi-Shimr.
Según otro informe, cuando Jabalah fue donde 'Umar ibn-al-KhattAb, todavía era cristiano. 'Umar le pidió que aceptara el Islam y el pav sadakah [una contribución musulmana para limosnas] pero él se negó diciendo «Yo guardaré mi fe y el pav sadakah» La respuesta de 'Umar fue : «Si tú guardas tu fe, al menos paga, la capitación». El hombre se negó, y 'Umar agregó, «Nosotros tenemos sólo tres alternativas para tí: Impuesto del Islam o irte donde quieras». Consecuentemente, Jabalah partió con 30.000 hombres a la tierra de los griegos [Asia Menor]. 'Ubadah ibn-as-Samit reprobó suavemente a 'Umar, diciendo, "Si tú hubieras aceptado sadakah de él y lo hubieras tratado de una manera amistosa, se habría convertido en musulmán».
En el año 21, 'Umar puso a 'LTmair ibi)-Sa’a]-AnsAri a la cabeza de un gran ejército contra la tierra de los griegos, y lo puso a cargo de la expedición de verano, que fue la primera de su tipo.
'Umar le instruyó para que tratara a Jabalah ibn-al-Aiham muy amablemente, e intentar atraerlo a través de la relación de sangre entre ellos, para que regresara a la tierra de los Musulmanes con la comprensión que guardaría su propia fe y pagaría la cantidad de sadakah que había estado de acuerdo en pagar. 'Umair marchó hasta que llegar a la tierra de los griegos y propuso a Jabalah lo que le ordenó 'Umar proponer; pero Jabalah se negó a la oferta e insistió en quedarse en la tierra de los griegos. 'Umar entró entonces en un lugar llamado al-Himar, un valle, qué destruyó pasando a sus habitantes por la espada. De ahí el proverbio, "En un estado más arruinado que la hondonada de Himar."
El adiós de Heraclio a Siria. Cuando Heraclio recibió las noticias sobre las tropas en al-Yarmuk y la destrucción de su ejército por los Musulmanes, huyó de Antioquía a Constantinopla, y cuando pasó ad-D'arb se volvió y dijo, "¡Paz hacia tí, O Siria, y qué excelente país es este para el enemigo!", refiriéndose a las numerosas pasturas de Siria.
La batalla de al-Yarmuk tuvo lugar en Rajah, en el año 15.
Hubash pierde su pierna. Según Hisham ibn-al-Kalbi, entre aquéllos que presenciaron la batalla al-Yarmuk estaba Hubash ibn-Kais al-Kushairi, quién mató a muchos de los "incircuncisos" y perdió su pierna sin sentirlo. Al final empezó a buscarla. De ahí el verso de Sauwar ibn-Aufa:
Entre nosotros estaban ibn-'Attab y el que estaba buscando su pierna; y entre nosotros había uno que ofreció protección a alguien, refiriéndose a abu-1-Rukaibah.
Cristianos y judíos prefieren la regla musulmana. Abu-Hafs ad-Dimashki de Sa'id ibn-'Abd-al-'Aziz: Cuando Heraclio reunió todas sus tropas contra los Musulmanes y los Musulmanes oyeron que estaban viniendo a encontrarlos en al-Yarmuk, los Musulmanes reintegraron a los habitantes de Hims el karaj [tributo] que habían tomado de ellos, diciendo, "Nosotros estamos demasiado ocupados para apoyarlos y protegerlos. Cuidense ustedes mismos". Pero el pueblo de Hims contestó, "Nos gusta mucho más su gobierno y justicia que el estado de opresión y tiranía en que estábamos. Al ejército de Heraclio nosotros sguramente expulsaremos de la ciudad, con su ayuda". Los judíos se levantaron y dijeron, "¡Nosotros juramos por la Torah, que ningún gobernador de Heraclio entrará en la ciudad de Hims a menos que nosotros seamos primero vencidos y agotados!" Diciendo esto, cerraron las puertas de la ciudad y las cuidaron. Los habitantes de las otras ciudades, cristianos y judíos, que habían capitulado a los Musulmanes, hicieron lo mismo, diciendo, "Si Heraclio y sus seguidores vencen sobre los Musulmanes, nosotros retornaríamos a nuestra anterior condición, de otro modo retendremos nuestro presente estado tanto como los números estén con los Musulmanes". Cuando por la ayuda de Alá los "incrédulos" fueron derrotados y los Musulmanes vencieron, abrieron las puertas de sus ciudades, salieron con cantantes y músicos que empezaron a tocar, y pagaron el kharaj.

De : The Origins of the Islamic State, siendo una traducción del árabe del Kitab Futuh al-Buldha de Ahmad ibn-Jabir al-Baladhuri, traducido por P. K. Hitti y F. C. Murgotten, Studies in History, Economics and Public Law, LXVIII (New York, Columbia University Press,1916 and 1924), I, 207-211

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