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miércoles, 31 de octubre de 2012

El objetivo supremo del Hayy



El objetivo supremo del Hayy Al Akbar, adoración obligatoria cuyos días se acercan, es confirmar la creencia en la unicidad absoluta de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (el Tawhid), hacer que los corazones se Le teman, que se viva y establezca Su adoración, que las lenguas pronuncien las palabras del Tawhid y que las personas tengan la disposición de gastar sus fuerzas y bienes en todo aquello que las acerque más a Al-lah.
Es una nueva fórmula que renueva al individuo desde los más profundo de su corazón, su ser, su razón, sus palabras y hasta sus mínimos movimientos, lo mismo sucede con toda la Ummah, cuando cumple con los ritos de esta forma de adoración y exalta la sacralidad de los lugares santos.
Este es un suceso único que merece nuestra atención, análisis y reflexión, por tratarse de un intento por acabar con la ignorancia, con sus costumbres, falsedades e ideas racistas; llevando al musulmán a apegarse a los lineamientos de la Shari’ah y la guía establecida por el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam.
El Tawhid es expresado en este pilar del Islam como un fundamento que desde el principio ha estado presente, desde el momento en que Adán, la paz sea con él, se sometió a la voluntad de Al-lah y el demonio Lo desobedeció al rechazar postrarse ante Su creación. Desde ese instante, el creyente en el Tawhid se distingue de los demás seres humanos por su obediencia a Al-lah y alejamiento del mal ejemplo dado por Satanás: la incredulidad, la soberbia, la altivez y el susurro llamando al mal.
Así mismo, observamos la pureza y originalidad de nuestra historia, la cual se conecta con la del padre de los Profetas, Abraham, que la paz sea con él, dijo Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (lo que se interpreta en español): {Y recuerda [¡Oh, Muhammad!] cuando establecimos a Abraham junto a la Casa Sagrada [y le ordenamos que la reconstruyera y] que solo Me adorase a Mi, no Me atribuyera copartícipes y purificase Mi Casa [de la idolatría] para quienes la circunvalen ritualmente, y quienes oren de pie, inclinados y prosternados} [Corán 22:26]. Este templo que él construyó se convirtió en el mayor símbolo del Tawhid desde ese minuto, dijo Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (lo que se interpreta en español): {Y le inspiramos a Abraham e Ismael que purifiquen Mi Casa para quienes la circunvalen, hagan retiro y oren en ella} [Corán 2:125].
Observemos el Hayy y lo que representa mediante los hechos realizados por el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, cuando hizo la ‘Umrah después de lo pactado en Al Hudaibiah. Al llegar a la Ka’bah, hizo caso omiso a todo lo que los idólatras habían innovado en este santo lugar, levantando la bandera del Tawhid con sus actos y palabras. Algún tiempo después, cuando liberó la Meca, con su bastón derribó las estatuas que los idólatras habían colocado a su alrededor, que eran 360 ídolos. El Tawhid erradicó la idolatría a manos del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, quien, mientras cumplía con esta misión, recitaba las Palabras de Al-lah (que se interpretan en español): {Y di [cuando regreses victorioso a La Meca]: Ha triunfado la Verdad y se ha disipado lo falso, pues lo falso siempre se desvanece} [Corán 17:81].
Una vez se acercó el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, a la Ka’bah, se negó a entra en ella hasta que sacaran los ídolos e imágenes que habían en su interior, tal como registró Bujari, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, de lo relatado por Ibn ‘Abbas, que Al-lah esté complacido con él, al respecto: “Cuando el Mensajero de Al-lah se acercó a la Ka’bah, se negó a entrar en ella y ordenó que sacaran lo que había en su interior. Sacaron unas supuestas pinturas de Abraham e Ismael, la paz sea con ambos, en cuyas manos había flechas con las que se adivinaba la suerte, costumbre extendida entre los politeístas. Entonces el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: ‘¡Que Al-lah les dé la muerte! Los idólatras saben que ellos dos, Abraham e Ismael, nunca tuvieron la costumbre de consultar la suerte’ . Luego entró, hizo el Takbir (decir: Al-lahu Akbar: Al-lah está por encima de todo), salió y no rezó en su interior”.

Al siguiente año no hizo el Hayy, pese a que la Meca ya había sido liberada, pero sí envió a Abu Baker, que Al-lah esté complacido con él, a la cabeza de un pequeño grupo de los Sahabah, a cumplir con la peregrinación. En este Hayy Abu Hurairah, que Al-lah esté complacido con él, relata lo que fue registrado por Bujari: “Abu Baker me pidió, en el noveno año de la Hégira, que proclamara ante la gente que después de ese año ningún idólatra volvería a peregrinar a la Meca y que nadie haría más el Tawaf (circunvalaciones alrededor de la Ka’bah) desnudo (como solía ser la costumbre de los idólatras)”.
Así fue como se hizo para acabar con los vestigios del paganismo y sus malas costumbres. Los idólatras hacían el Tawaf desnudos alegando que no podían usar las ropas con las que pecaron, pero Al-lah los recriminó cuando dijo (lo que se interpreta en español): {Y su oración en la Casa Sagrada [de La Meca] no era más que silbidos y aplausos} [Corán 8:35]. Cuando el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, rompió con esas falsas tradiciones, se desentendió por completo de ellas. Por eso envió a ‘Ali, que Al-lah esté complacido con él, como lo contó Abu Hurairah, para que les leyera las Palabras de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (que se interpretan en español): {Al-lah y Su Mensajero anuncian a los hombres el día más importante de la peregrinación [el Día del Sacrificio], que Al-lah ya no tiene ningún pacto con los idólatras, ni tampoco Su Mensajero. [Sabed, ¡oh, idólatras!, que] Si os arrepentís [y abandonáis la incredulidad] será mejor para vosotros, pero si os rehusáis no podréis escapar del castigo de Al-lah. Y anúnciales a los incrédulos [¡oh, Muhammad!] que recibirán un doloroso castigo} [Corán 9:3].
Cuando el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, hizo el Ihram (intención para entrar al estado de sacralidad para el Hayy y/o la ‘Umrah) comenzó a pronunciar las palabras del Tawhid: “Labbaikal-lah Humma labbaik, labbaika la sharikalak laka labbaik in nal hamda wan n’imata laka wal mulk la sharikalak” (¡Aquí estoy, oh, Al-lah, aquí estoy! No tienes asociados, aquí estoy. ¡Ciertamente las alabanzas y los favores Te pertenecen! Todas las alabanzas son para Ti y el Reino Te pertenece, y no Te asociamos nada –a estas palabras se las conoce como la Talbiah–). Acabando con las costumbres de los idólatras, quienes al final de la Talbiah aumentaban: “Excepto un socio que tu posees”, esto lo representó Al-lah, Glorificado y Exaltado sea, cuando dijo (lo que se interpreta en español): {La mayoría de los hombres no creen en Al-lah sin atribuirle copartícipes} [Corán 12:106].
El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se encargó de sembrar todo lo que contradijera la incredulidad y la idolatría. Abu Dawud, que Al-lah lo tenga en Su misericordia, registró en su Sunan que dijo cuando hizo la intención del Hayy: “Oh Al-lah, me dispongo a hacer el Hayy sin buscar aparentar ante la gente y sin pretender distinción alguna” , esto porque, como se sabe, los árabes politeístas hacían las cosas para mostrarles a los demás que eran piadosos, y además la gente de la tribu de Quraish pretendía que merecían un trato especial y privilegiado sobre los demás. Luego, cuando se dispuso a realizar la caminata entre los montes de Safa y Marwa, estando sobre el primero se volvió hacia la Ka’bah y dijo: “Bismil-lah (en el nombre de Al-lah)” , y mientras se dirigía hacia Marwa iba diciendo, seguido del Takbir: “La ilaha il-la Al-lah, wahdahu la sharika Lahu, Lahul mulk wa Lahul hamd wa Huwa ‘ala kul-li aha-in qadir (nada ni nadie merece adoración más que Al-lah, Único y sin coparticipes, de Él es el reino y la alabanza, y es capaz de todo). La ilaha il-la Al-lah, wahdahu nasara ‘abdahu wa ‘aaza yundahu wa hazmal ahzaba wahdahu” (nada ni nadie merece adoración sino Al-lah, el Único. Le dio la victoria a Su siervo, dio poder a Sus soldados y venció solo a los aliados). ¿Por qué él hizo esto en estos lugares? Porque quiso establecer en estos lugares que los ritos que se hacen no tienen nada que ver con la incredulidad, sino que, por el contrario, fueron establecidos para invocar la unicidad de Al-lah. Por eso es que Al-lah, Glorificad y Exaltado sea, dijo (lo que se interpreta en español): {[El recorrido entre las dos colinas de] As Safa y Al Marwa es un rito establecido por Al-lah; así pues, quien haga la peregrinación [Hayy] a La Casa [La Meca] o la ‘Umrah [visita ritual a La Meca] sepa que no incurre en falta por realizar el recorrido ritual entre ambas [a pesar de que los paganos lo realizaban invocando a sus ídolos]. Y quien realice una obra de bien voluntariamente sepa que Al-lah es Retribuyente, Omnisciente} [Corán 2:158]. Y el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo: “El Tawaf, el recorrido entre Safa y Marwa y el tirar las piedrecillas en los Yamarat, son ritos que fueron establecidos para el recuerdo de Al-lah” .

Toda la gente estaba pendiente de lo que hacía el Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, durante su peregrinación, en especial los politeístas y los musulmanes que recientemente se habían convertido. Cuando se dirigió hacia ‘Arafah, todos quisieron parar en el lugar donde la tribu de Quraish acostumbraba hacerlo, sin embargo él siguió de largo y no lo hizo sino cuando estaba por la parte conocida como Namerah. Cuando se acercaba el ocaso, se dispusieron a salir, tal como acostumbraban los politeístas, pero el Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no lo hizo sino hasta después de que el sol ya se había puesto. Cuando hizo el Tawaf se dirigió al sitial de Abraham y rezó allí dos Rak’at, en la primera recitó el Sura Al Kafirun (los incrédulos) que en sus primeras aleyas dice (lo que se interpreta en español): {Di [¡oh, Muhammad!]: ¡Oh, incrédulos!
No adoro lo que adoráis} [Corán 109]. No hubo un solo acto, lugar donde pasaba y costumbre que realizó, sin que su objetivo fuera enterrar las tradiciones ignorantes de la idolatría y establecer las verdades de la religión de Al-lah, y por eso dijo: “Aprendan de mí cómo realizar el Hayy” . Al hacerlo de esta forma, frente a todos, le estaba dando una lección bien clara a toda la Ummah, para que solo tema a Al-lah, se encomiende y solicite únicamente Su ayuda y auxilio, y que en su vida no haya otro propósito más que agradar a Al-lah y adorarlo según lo estableció su Señor por medio de las enseñanzas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam.
Todo el Hayy pretende enseñarle al peregrino que todo lo que durante él realiza es para recuerdo de Al-lah, dijo Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (lo que se interpreta en español): {Para que atestigüen todas las gracias [de la peregrinación], y recuerden el nombre de Al-lah en los días consabidos} [Corán 22:28].
El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, anunció en público en el conocido “último sermón” que todas las costumbres de la época preislámica, o de la Yahiliah como se le conoce, quedaban abolidas si contradecían los lineamientos de la religión de Al-lah, sin que importe los lazos de parentesco ni las conveniencias ni las apariencias, dijo: “Todo lo que pertenece a la época de la ignorancia (Yahiliah) está bajo mis pies y ha sido abolido. Y también ha sido abolida la venganza con sangre de la época de la ignorancia. Y la primera pretensión de venganza con sangre que queda abolida es la de Ibn Rabi‘ah ibn Al Hariz, quien creció entre la tribu de Banu Sa‘d y fue asesinado por Hudhail. Y la usura de la época de la ignorancia queda abolida, y la primera usura que voy a abolir es la de ‘Abbas ibn ‘Abdul Muttalib, toda ha sido abolida. Teman a Al-lah en el trato con sus mujeres, ya que ciertamente las han tomado como un depósito de Al-lah, y la intimidad (sexual) con ellas les ha sido permitida por las palabras de Al-lah” . Y dijo:“Ciertamente Al-lah hizo que la ignorancia se alejara de ustedes y el orgullo por la filiación con los ancestros. No hay más que ser creyente virtuoso y temeroso, o un inmoral infeliz. Todos los humanos venimos de Adán, y él fue creado de barro”.
El Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no solo abolió toda creencia contraria al Tawhid o toda costumbre opuesta a las enseñanzas del Islam, sino que además estableció la igualdad de todos los seres humanos, y que el único orgullo que alguien puede sentir es el saberse siervo sometido de Al-lah, recordemos sus palabras: “¡No ven que yo soy el que más adora y teme a Al-la de entre todos ustedes!” . Y fue el mismo Al-lah, Glorificado y exaltado sea, Quien le dio este título honorífico durante el milagroso viaje nocturno y la ascensión al cielo, pues dijo (lo que se interpreta en español): {Glorificado sea Quien transportó a Su Siervo durante la noche desde la Mezquita Sagrada [de La Meca] a la mezquita lejana [de Jerusalén]} [Corán 17:1]. En estas palabras vemos cómo Al-lah, Glorificado sea, lo elevó a la más alta posición, pues pudiéndolo mencionar como Su Profeta o Mensajero, escogió la adoración y la servidumbre para llamarlo, pues estos son el mayor de todos los honores.
Entonces tenemos que el mayor de todos los objetivos del Hayy y el más supremo es establecer la adoración única y exclusivamente para Al-lah, sin asociarlo con nada ni nadie. Y como lo vimos, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, se encargó de sembrar este sentido en los corazones de los musulmanes y su Ummah, en cada acción y palabra que hizo y emitió.
Pero además, notamos la insistencia del Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, en las prevenciones que le hizo a su nación de regresar a la Yahiliah, dijo, por ejemplo: “No vuelvan a la incredulidad después de mí, golpeándose el cuello los unos a los otros” . Nuestro Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nos previno de uno de los peligros más grandes de la ignorancia, el cual es la división y la discordia creada por los enemigos del Islam, sin importar si son o no personas u organizaciones que pertenecen al conjunto conocido como la Nación Islámica.

El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no se olvidó de ningún asunto, por eso nos previno de la discordia y la disputa a la hora de leer el Corán, para que no se generen divisiones en las filas de los musulmanes, dijo: “Lean el Corán mientras sus corazones estén unidos; pero cuando haya alguna disputa, no lo hagan para que el problema no se agrande” . Afirmarse en la creencia del Tawhid es aceptar y someterse, todos los musulmanes con sus corazones unidos por Al-lah, en la adoración de Al-lah siguiendo el ejemplo y las enseñanzas de Su Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. De esta manera se eliminan todas las creencias y costumbres que van en contra del mensaje del Islam y que pretenden desunir a los musulmanes. No hay un mejor día que el día de ‘Arafah para comprender que todos somos iguales, el rico y el pobre, el gobernador y el gobernado, todos están en las mismas condiciones esperando alcanzar el favor, la misericordia y el perdón de Al-lah, el cual otorga a todos sin distinción alguna, más que el fervor, la piedad y la sinceridad con que le sea pedido.
No hay una mejor ocasión para toda la Ummah de renovar estos conceptos que la realización de este pilar del Islam, el Hayy. A su llegada, somos todos motivados a regresar al origen de nuestra fe y nuestro Islam, es decir, a lo establecido por el Libro de Al-lah y la Sunnah de Su Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam. Vemos que el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, no dijo que todas las costumbres y creencias pasadas las había abolido sino en el Hayy de la despedida, una vez que había purificado las mentes, las almas y los corazones de sus seguidores. Les había enseñado con ejemplos vivos que todos somos iguales ante Al-lah, como cuando, en la conquista de la Meca, le ordenó a Bilal el etíope, que Al-lah esté complacido de él, que escalara las paredes de la Ka’bah y que desde su techo hiciera el Adhan (llamado a la oración), sembrando un precedente ante las miradas atónitas de los nobles de Quraish, quienes no dejaban de sorprenderse de que se le diera tal honor a quien fuera un esclavo negro. Luego, para purificar por completo de la idolatría y sus malas e inmorales costumbres esa tierra santa y pura, a viva voz repitió lo que su Señor le ordenaba (lo que se interpreta en español): {¡Oh, creyentes! Por cierto que los idólatras son impuros [de corazón], que no se acerquen pues a la Mezquita Sagrada después de este año [el noveno de la Hégira]} [Corán 9:28].
El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dejó a una nación unida en todos los aspectos de la vida, desde la creencia y la adoración, hasta los asuntos que tienen que ver con su economía, política y sociedad. Debemos sentir en nuestro interior y aplicar con nuestras acciones y palabras los significados que encierran las Palabras de Al-lah, Glorificado y Exaltado sea (que se interpretan en español): {Por cierto que todos vosotros transmitís un mismo Mensaje [¡oh, Profetas!], y Yo soy vuestro Señor. ¡Adoradme solo a Mí!} [Corán 21:92].
Es nuestro deber revisar nuestras costumbres e ideas que hemos creados, las cuales nos han llevado a hacer divisiones entre las personas, y recordar que en la peregrinación de la despedida estaban presentes participando de ella Bilal el etíope, Suhaib el bizantino, Salman el persa, Omar Al ‘Adwi y Abu Baker At-Tamimi (estos dos últimos de tribus rivales) haciendo el Takbir y anunciando las palabras del Tawhid para decirle a toda la humanidad que las diferencias son borradas por la religión de Al-lah, y que el Islam es el imán que une a todas las personas.

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