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martes, 23 de octubre de 2012

La coherencia entre la Ciencia Moderna y el Corán




El Corán es la última revelación y una prueba, no sólo para los árabes paganos de hace 1400 años, sino también para los científicos de hoy en día. Quizás una de las más notables cualidades del Corán, es la completa consistencia entre la mayoría de los descubrimientos de la Ciencia Moderna y el Corán.
Uno de los primeros científicos occidentales en hacer un estudio serio a este respecto fue Maurice Bucaille, quien escribió un libro llamado ‘La Biblia, el Corán y la Ciencia’. En este libro, él compara las declaraciones concernientes a los datos naturales y científicos existentes en la Biblia y en el Corán, y concluye lo siguiente: “El Corán viene a continuación de las dos Revelaciones que lo precedieron, y no sólo está libre de contradicciones en su narración y de la señales de las varias manipulaciones humanas encontradas en los Evangelios; sino que proporciona una cualidad propia para aquellos quienes lo examinan objetivamente y a la luz de la Ciencia, es decir, es completamente concordante con los datos científicos modernos.

Además de esto, en el Corán se encuentran declaraciones (como se ha demostrado) que están conectadas con la Ciencia, y aún es inimaginable que un hombre en la época del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, pudiera haber sido el autor del Corán. Por lo tanto, el conocimiento científico moderno nos permite comprender ciertas aleyas del Corán, las cuales, hasta ahora, habían sido imposibles de interpretar.
La comparación de muchas narraciones bíblicas y coránicas sobre el mismo tema, demuestra las diferencias fundamentales entre las afirmaciones que hay en la Biblia, las cuales son científicamente inaceptables, y las afirmaciones que hay en el Corán, las cuales están en perfecta armonía con los datos modernos, por ejemplo, en la descripción de la Creación y el Diluvio.
Un complemento extremadamente importante para la Biblia fue encontrado en el texto del Corán sobre la historia del Éxodo, donde los dos textos fueron muy congruentes con los hallazgos arqueológicos que datan de la época de Musa (Moisés), la paz sea con él.
Existen grandes diferencias entre el Corán y la Biblia sobre otros temas, las cuales sirven para desacreditar todos los alegatos infundados que sostienen que Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, habría copiado de la Biblia para producir el texto del Corán.
En vista del nivel de conocimiento existente en los días de Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, es inconcebible pensar que muchas de las afirmaciones relacionadas con la Ciencia que se encuentran en el Corán, hayan sido producto de la mente de un hombre. Además, es perfectamente legítimo, no sólo considerar al Corán como la expresión de una Revelación, sino también otorgarle un lugar muy especial, en lo que respecta al alto grado de preservación que presenta. Cuando las declaraciones científicas en el Corán son estudiadas hoy en día, aparecen como un desafío a la explicación en términos humanos”.
Algunas declaraciones que involucran hechos confirmados por la ciencia moderna son:

1. La descripción exacta del desarrollo embrionario y fetal:
En el tiempo del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, las teorías prevalecientes incluían las de Aristóteles, quien pensaba que el niño se formaba por el coagulamiento de la sangre menstrual, catalizada por la sangre del hombre, como el cuajo hace el queso. En el siglo XVIII d.C. H, Hartsoeker proclamaba haber visto dentro del esperma un ser humano preformado, a través de los microscopios primitivos.
El Corán no refleja ninguna de estas teorías al describer el desarrollo embionario humano con detalles exactos: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {He aquí que creamos al hombre [Adán] de barro. Luego hicimos que se reprodujese por medio de la fecundación, y preservamos el óvulo (Nutfah) fecundado dentro de una cavidad segura [el útero]. Transformamos el óvulo fecundado en un embrión (‘Alaqah), luego en una masa de tejidos (Mudgah – una sustancia “como masticada”), luego de esa masa de tejidos creamos sus huesos a los que revestimos de carne, finalmente soplamos en el feto su espíritu. ¡Bendito Sea Al-lah, el mejor de los creadores! [Sabed que] Después de haber sido creados moriréis [en el tiempo prefijado], y el Día del Juicio seréis resucitados} [Corán 23:12-16].
El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, explicó además el significado de ‘Nutfah’que se aplica tanto al esperma del hombre como al óvulo de la mujer. La palabra ‘Alaqah’ tiene tres significados en árabe:
1) Algo que está adherido o aferrado.
2) Un coágulo de sangre.
3) Algo como una sanguijuela.
Estas tres definiciones describen con exactitud la primera etapa del desarrollo embrionario. Luego de la fertilización del óvulo, se desarrolla un blastocito, el cual tiene una vellosidad exterior que literalmente se aferra a la pared del útero. Luego pasa a parecerse a una sanguijuela, tanto en apariencia como en conducta, y después toma la forma de un coágulo de sangre.
La siguiente etapa, cuando se convierte en una sustancia “como masticada” (Mudgah), es también exacta. También es verdad que los huesos preceden al desarrollo de los músculos y la carne. La tradición profética sostiene: “Cuando han pasado cuarenta y dos noches sobre el embrión, Al-lah Envía un ángel a él, quien le da la forma, hace sus oídos, sus ojos, su piel, su carne y sus huesos. Luego él dice: ‘¡Oh Señor! ¿Es varón o hembra?’ Y vuestro Señor Decide lo que Desea, y luego el ángel lo registra” (Al Bujari).

Esta información exacta da el tiempo correcto para el evidenciable crecimiento y desarrollo de los rasgos descritos, y el sexo del feto no puede ser definitivamente determinado sino hasta después de cuarenta y dos días.
Esto no fue conocido sino hasta la invención de poderosos microscopios, sólo algunas décadas atrás. El Profesor y Director del Departamento de Anatomía de la Universidad de Toronto, Canadá, y autor del Libro ‘El humano en desarrollo’, Keith Moore, quien es considerado uno de los más destacados embriólogos del mundo, con respecto a las declaraciones del Corán y las enseñanzas del Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, sobre este tema, dijo lo siguiente: “Hasta el siglo XIX d.C., nada era conocido acerca de la clasificación de las etapas del desarrollo humano. Un sistema de clasificación de embriones humanos fue desarrollado cerca de finales del siglo XIX d.C., basado en símbolos alfabéticos.

Durante el siglo XX, se usaron números para describir 23 etapas del desarrollo embrionario. Este sistema de enumerar las etapas no es fácil de seguir, un mejor sistema podría basarse en los cambios morfológicos. En años recientes, el estudio del Corán ha revelado otras bases para la clasificación de las etapas del desarrollo embrionario, la cual se centra en acciones fácilmente comprensibles y cambios morfológicos. Éste utiliza términos que han sido revelados por Al-lah al Profeta Muhammad, sallallahu ‘alayhi wa sallam, mediante el Ángel Gabriel, y registradas en el Corán…Está claro para mí que estas afirmaciones debieron venir a Muhammad de parte de Al-lah, porque casi nada de este conocimiento fue descubierto sino hasta muchos siglos después. Esto prueba para mí que Muhammad tuvo que haber sido un Mensajero de Al-lah”.


2. Cosmología:
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¿Acaso los incrédulos no reparan que los cielos y la Tierra formaban una masa homogénea y la disgregamos, y que creamos del agua a todo ser vivo? ¿Es que aún después de esto no creerán?}[Corán 21:30].
Esta aleya claramente menciona el origen común del universo, un hecho que no fue descubierto sino hasta aproximadamente cuarenta años atrás, con el advenimiento de la física nuclear. La separación parece referirse a lo que los científicos llaman “Big Bang”. Además, todos los seres vivos están compuestos de protoplasma, lo cual contiene entre 80 y 85 por ciento de agua.
También Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Luego [Al-lah] Estableció crear el cielo, el cual era humo [en un principio], y les Dijo al cielo y a la Tierra: ¿Me obedeceréis de buen grado, o por la fuerza? Respondieron: Te obedecemos con sumisión} [Corán 41:11].
La palabra ‘humo’ describe exactamente el estado primitivo del universo, el cual estaba compuesto por una masa de gas caliente, con partículas moviéndose vigorosamente como el humo. A partir de esto se formaron las estrellas, los planetas y la tierra. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Por cierto que erigimos el cielo con solidez, y Nosotros tenemos el poder sobre él}[Corán 51:47]. Es un hecho comprobado que vivimos en un universo en expansión.
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {No le es posible al Sol alterar su curso [apareciendo de noche] y así alcanzar a la Luna, ni la noche puede adelantarse al día; todos los astros circulan por sus órbitas}[Corán 36:40].
La palabra árabe referida al movimiento auto-propulsado, es el verbo Yasbahun(en el texto coránico). Esta implica un movimiento que proviene o es generado por el propio cuerpo en cuestión. Si esto tiene lugar en el agua, significa nadar; si tiene lugar en la tierra, significa caminar. Para el movimiento que ocurre en el espacio, esto significará ‘rotar’.
El sol está de hecho en órbita, no alrededor de la tierra, sino alrededor del centro de la galaxia, así que no hay ninguna contradicción, ya que el Corán no especifica la órbita del sol. Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Hizo que la noche y el día se sucedan ininterrumpidamente} [Corán 39:5]; la palabra para expresar esta sucesión, utilizada en el original árabe, es el verbo‘Kawwara’. El significado original de este verbo es: enrollar un turbante alrededor de la cabeza.
La idea del enrollado perpetuo, incluyendo la compenetración de una parte por la otra expresada en el Corán, pudo haber sido concebida sólo si el concepto de la redondez de la tierra hubiese sido ya conocido para ese entonces, lo cual bien sabemos que no sucedía.

Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {Él Es Quien Hizo que el Sol tuviese luz propia y Determinó que la Luna reflejase su luz en distintas fases para que podáis computar el número de años y los meses} [Corán 10:5]. El Corán describe al sol como ‘Siray’, lo que significa una antorcha, generando su propio calor y luz; mientras que la luna es descrita como ‘An-Nur’, lo que significa que es una luz originada de otra fuente.
3. Geología:
Al-lah Dice (lo que se interpreta en español):
● {Por cierto que dispusimos la Tierra como un lecho [propicio para que lo habitasen], a las montañas como estacas [para que no tiemble la Tierra]}[Corán 78:6-7].
● {Afirmó la Tierra con montañas para que no se sacuda} [Corán 31:10].
Ha sido recientemente descubierto que las montañas tienen raíces que penetran en la corteza terrestre, la cual está compuesta por siete placas tectónicas. Los movimientos de estas capas son la causa de los terremotos. Se cree que la raíz y el peso de las montañas juegan un papel vital en la estabilización de la corteza terrestre.

4. El ciclo del agua:

El Sagrado Corán describe correctamente el ciclo del agua, y que las fuentes subterráneas se originan a partir del agua de lluvia. De hecho, el ciclo del agua no fue planteado con presición sino hasta el siglo XVIII d.C. Sin embargo, el Corán sostiene: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¿Acaso no has reparado [¡Oh, Muhammad!] que Al-lah Hace descender el agua del cielo, y luego Hace que surja como manantiales en la tierra?} [Corán 39:21].
Estas son sólo algunas de las muchas declaraciones y explicaciones contenidas en el Corán y las enseñanzas proféticas, relacionadas con temas científicos. El Corán es consistente con las realidades externas, y también es consistente internamente. Por naturaleza, todo trabajo hecho por el hombre es susceptible de contener inconsistencias y contradicciones, ya sean científicos, filósofos, sabios o místicos. Pero esto no puede ocurrir con una Revelación Divina como el Corán, el cual sostiene: Al-lah Dice (lo que se interpreta en español): {¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Al-lah habrían encontrado en él numerosas contradicciones}[Corán 4:82].

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